Semana Internacional de Prevención de la Intoxicación por Plomo

Aprovechando que nos aproximamos a la semana de la prevención de la intoxicación del plomo, vamos a hablar un poco de este elemento, del plomo.

 

 El plomo (Pb), es un metal pesado y es tóxico. Está presente de forma natural en la corteza terrestre. Su uso generalizado ha dado lugar en muchas partes del mundo a una importante contaminación del medio ambiente, un nivel considerable de exposición humana y graves problemas de salud pública.

 

Los principales usos de este metal se dan en la fabricación de diversos productos tales como baterías, pigmentos, aleaciones, cerámicas, plásticos, municiones, soldaduras, cubiertas de cables, plomadas y armamento.

 

También se utiliza en la elaboración de equipo para la fabricación de ácido sulfúrico, refinamiento de petróleo y procesos de halogenación.



Se usa además, para atenuar ondas de sonido, radiación atómica y vibraciones mecánicas. El tetraetilo de Plomo se usa como un aditivo en la gasolina como antidetonante.

 

También puede contener plomo el agua potable canalizada a través de tuberías de plomo o con soldadura a base de este metal.



Desde hace tiempo, también preocupa que algunos pescados contengan metales pesados, entre ellos plomo. Ya que estos metales se han acumulado en las últimas décadas en cantidades excesivas en el medio marino, debido fundamentalmente a la contaminación producida por la actividad humana.

 

Debido al carácter acumulativo de la contaminación, los pescados y mariscos que presentan mayor concentración son los de talla más grande, los situados en la parte alta de la cadena trófica, como: atún, pez espada, tiburón, pintarroja y panga.

 

Este metal pesado, se acumula en el sistema nervioso central y es particularmente perjudicial en el desarrollo mental de los niños. Entra al organismo por inhalación e ingestión, por lo que llega al sistema circulatorio a través de los pulmones y el tracto digestivo, y se excreta por las vías urinarias y las heces. Generalmente se elimina por completo, sin embargo una exposición excesiva permite que parte de ese plomo no logre hacerlo, provocando una intoxicación.

 

Si el grado de exposición es elevado, ataca al cerebro y al sistema nervioso central, pudiendo provocar coma, convulsiones e incluso la muerte. En niveles de exposición más débiles sin síntomas evidentes, antes considerados exentos de riesgo, el plomo puede provocar alteraciones muy diversas en varios sistemas del organismo humano.

 

La exposición al plomo también puede causar anemia, hipertensión, disfunción renal, inmunotoxicidad y toxicidad reproductiva. Se cree que los efectos neurológicos y conductuales asociados al plomo son irreversibles.

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